viernes, 17 de diciembre de 2010

El estreno


Sarah Bernhardt fue la mejor actriz de teatro francesa de su tiempo. Con un estilo innovador que rompía con los cánones clásicos de interpretación del teatro francés, su estilo estaba basado en la naturalidad, huyendo de la sobreactuación de la que abusaban los actores de la época. De su vasto repertorio, se da la curiosa circunstancia de haber sido la primera actriz en haber interpretado en la obra Hamlet, tanto el papel de Hamlet mismo, como el de Ofelia. Acabó consagrándose como una gran estrella, cuya fama trascendió fronteras, llegando incluso hasta el otro lado del Atlántico. En América se le proporcionó un tren propio con su nombre, con el que se desplazaba para realizar su gira, asombrando con su arte a miles de espectadores.

Katherine Hepburn nació en el seno de una familia muy liberal, lo que marcaría su fuerte carácter. Comienza estudios de Filosofía, que abandona para recibir clases de interpretación. Ahí comienza su fulgurante carrera como actriz de teatro y de cine, llegando a alcanzar 4 Oscars en su carrera, considerándosele según el American Film Institute, la mejor actriz de todos los tiempos. Todos recordamos títulos como Historias de Filadelfia, La fiera de mi niña, La Reina de África o En el estanque dorado.

Marta Carrillo nació en Barcelona hace 4 años en una familia de intelectuales. De su brillante padre hereda ese sentido del humor característico, no siempre bien comprendido y de su hermosísima madre, un precioso cabello, así como una vivacidad y agilidad con la palabra, impropios de su juventud, lo que le permite defenderse con soltura ante momentos críticos en los que se ha de improvisar.
La madre de Marta era una actriz amateur que sólo mostraba su talento en foros familiares. Actriz frustrada, transformó su vocación artística, en el ejercicio de la abogacía, lo que le permitió una gran soltura en  las vistas judiciales. En esas representaciones, así como en los cuentos que su imaginativo y ocurrente padre le contaba por las noches, surge probablemente, esa faceta interpretativa, que desarrollaría con proverbial maestría Marta Carrillo.

Sus inmensos ojos azules y sus pecas, que iluminan la tarima de cualquier escenario, son el reflejo de una personalidad arrolladora, alegre, intuitiva y de una enorme bondad. Esa belleza es rápidamente desplazada a un segundo plano, siendo eclipsada por sus geniales dotes de interpretación, que logran cautivar a todo el público de inmediato.
Aunque había sido modelo fotográfica del pesado de su padre, esta vertiente la alternaba con pequeños papeles protagonistas en producciones caseras de corto metraje, que rodaba su progenitor de tanto en tanto.
Pero en realidad, sus inicios en la interpretación, se podría decir que se remontan a la inolvidable representación navideña de aquel lejano diciembre de 2010: La Navidad que robó el Grinch.
En ella desempeña con magistral profesionalidad, el papel de Mamá Noël.
Con ese adecuado registro de naturalidad que requería el personaje, hace creíble al espectador, tanto que Papá Noël tenía mujer, como que son capaces de volar juntos, en un trineo tirado por renos.

Su arte escénico, que inevitablemente ha sentado escuela, la consolidan desde entonces, como un punto de referencia en el mundo artístico de nuestro país.

El público afortunado que presenció aquel estreno, aún lo recuerda emocionado y es capaz todavía de recitar, a pesar del tiempo transcurrido, aquellas frases con las que debutó en diciembre de 2010, en el difícil arte de la interpretación:

- Me parece que ya sé quién ha sido...

- ¡Rudolph, ponte delante!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja. Muy bueno, Melito. Espero que lo filmaras todo porque no quiero perderme su actuación. La verdad es que sus dotes artísticas las ha heredado de su madre, tanto en lo cómico como en lo dramático. Y sobre el sentido del humor.... su padre, sin duda. Gracias por el guiño.
Un besote

melkarr dijo...

Al día siguiente del estreno, nos levantamos y en un momento que estábamos solos le dije:
- Marta, me gustó mucho la obra de teatro.
- Papi - me respondió - Creo que el día de ayer no lo olvidaremos en nuestra vida.
Después de esto, empiezo a sospechar que lee mi blog a escondidas...