La Filosofía es una de las ramas del saber que encuentro más interesante y diría, que apasionante. Cuando leí El mundo de Sofía se me redescubrió ante mi mente, algo que no recordaba desde mis tiempos de COU y que en su momento no era más que una asignatura, con la que puntuaría para mi selectividad, no como algo que formase mi espíritu. La novela de Jostein Gaarder, es uno de esos libros de introducción al pensamiento, de lectura fácil y sumamente entretenido, que recomiendo a quien no lo conozca, pues cuando lo leí, lo encontré fascinante.
El pensar es un ejercicio muy sano, que ahora en verano, libres de problemas, podemos dedicarle unos buenos ratos. Quien me conoce, o quien me ha conocido, sabe que me encanta pensar. Pero cuando lo hago, como algo inherente al género masculino, no soy capaz de hacer bien ninguna otra cosa.
De ahí surge ese bulo malintencionado que dice que estoy siempre en el aire...
Recuerdo cuando hice mi examen final de controlador aéreo, que cogí un folio, lo doblé y encima de la consola donde me iban a ir saliendo todos los vuelos que tendría que separar, anoté con letras mayúsculas: "PIENSA". Recordatorio innecesario y obvio, porque de eso se trataba. Pero como también se me acusa en ocasiones de hacer comentarios que son obviedades, pienso que fue un gesto que casaba perfectamente con mi forma de ser, aunque el resultado final de aquel examen no fuese el deseado.
Pero esta pasión filosófica, ha vuelto a mi vida. La he descubierto este verano. Es una nueva corriente del pensamiento, de la que me considero fiel seguidor y animo a los que quieran apuntarse. No tiene espíritu de asentarse, ni mucho menos, porque de forma inherente, está destinada a perderse.
Es la Filosofía Martiana, en absoluto así llamada por su origen en el planeta rojo, Marte, sino que tiene su cuna en la mente objetiva, obvia y lógica, de mi hija Marta.
Esta Filosofía es lógica:
- Tiri se marcha a final de mes a Tenerife. La llevaremos al aeropuerto y de ahí se marchará de vuelta a casa. Le explico a Marta que Tiri irá sola en el avión a Tenerife. Su respuesta es que eso no puede ser. Ella sola no puede ir en avión, por la sencilla razón de que no se sabe el camino...
- No hace muchos días mientras disfrutaba de su merienda, alza la vista y me dice: Me encantan las galletas de chocolate, porque saben a chocolate... y a galleta.
Esta Filosofía es objetiva:
- Y además añadiría, que valiente y sincera:
Una noche de verano, tras un silencio que precede a una sesuda reflexión, sentados los dos en el porche, me pasa el brazo por el hombro y me confiesa: Hace tiempo, antes de que estuvieses con Mamá, cuando yo estaba en su barriga, no podía imaginarme que podría tener un padre tan guapo.
Por eso, ante tanta rotundidad, creo que es fácil entender no sólo que me haya convertido por completo, sino que ahora sea, más que un fiel creyente, un auténtico devoto.