Todo el mundo tiene un comienzo. Y te suelen recomendar que empieces lentamente, como cuando pruebas algo por primera vez, sorbo a sorbo... Que cada paso lento sea firme, para evitar retroceder.
Hoy he empezado algo nuevo. Aceptando la invitación de mi amiga, la Dra Jomeini, cuyo estupendo blog recomiendo, he redactado mi primer relato, si no contamos Las aventuras de Carlos y su padre, que escribí con diez años. Como se ha de empezar de menos a más, he aquí mi microrrelato, concurso que hace la cadena SER cada semana. Los requisitos son: Comenzar con la última frase del ganador anterior, en un máximo de cien palabras. Éste ha sido el resultado de mi osadía.
Hasta que decidimos colgarla en la pared, no pudimos apreciar su sombra translúcida, el relieve y la silueta de sus curvas.
El fluorescente parpadeaba, hasta encenderse por completo.
Y la luz, al mostrarse a través suya, les trajo la verdad.
El hombre de bata blanca deslizó suavemente sus dedos por la placa, tragó saliva y se volvió, buscando a la joven.
Ella oyó las palabras que confirmaban sus peores sospechas y sus mayores miedos:
- Siento decirte que este hombre no podrá hacerte feliz nunca. No tiene corazón.
1 comentarios:
Muy bueno. ¿Ves? Si es que se te da...
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