Hace unos meses que voy una tarde a la semana a un Centro Médico privado a visitar pacientes de Urgencias. No son urgencias vitales, pero precisamente por eso me permiten estar en contacto con una Medicina (la de atención primaria), que para mí era una desconocida, acostumbrado como estaba a atender cosas supuestamente mucho más graves.
Esas cosas que cuando explicas a qué te dedicas a alguien a quien te presentan, siempre te dicen:
- ¡Qué valor! ¡Yo no podría...! Debes ver de todo, ¿verdad? ¡Venga! ¡Cuéntanos algo...!
En esos momentos no sé qué explicar y muchas veces estoy tentado de inventarme una historia inverosímil que deje a todos con la boca abierta. Un día lo haré.
Inspirado por momentos como esos y tal vez guiado por la necesidad de explicarlo, fue por lo que surgió de alguna manera este blog. Para no olvidar las cositas que me van pasando por mi vida... y por mi cabeza.
Hace un par de semanas apareció por la consulta un padre con su hija de 7 años.
- ¿Cómo se llama la princesa? - pregunté.
- Paula García - me contestó la niña.
- ¿Qué ha pasado?
- Que desde hace unos días está con esta tos y mocos - aclara su padre - debe haberse resfriado...
Termino de escribir en el ordenador sus datos y ausculto a la niña y le miro la garganta.
- Es un catarro pequeño, sin importancia - les digo.
Y me pongo a redactar el diagnóstico y el tratamiento.
Cuando estaba a punto de terminar, me dice la niña:
Cuando estaba a punto de terminar, me dice la niña:
- ¿Alguna vez has curado a gente famosa?
- No sé... - contesto sorprendido por tan inesperada pregunta.
- Sí, claro - empiezo a decir, confabulando para atraer la atención de la niña - Claro que sí.
- ¿Como a los Reyes Magos? ¿Has curado a los Reyes Magos? - me pregunta rápidamente.
En aquel instante me acordé de mi padre, que siempre nos atemorizaba cada noche de Reyes, diciéndonos que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente probablemente no vendrían a casa porque no eran más que una partida de borrachines. Unos golfos que los habían visto ir de bar en bar y que no se sostenían de pie...
Yo sabía que eso no era cierto, no podía serlo y temía por mi padre, por si tal sarta de injurias iba a acabar llevándolo a la cárcel o lo que podía ser peor, dejarle sin ningún regalo...
Así que a la pregunta de si había atendido a los Reyes Magos, le contesté:
- Claro, por aquí vino Melchor, que estaba con dolor de espalda por culpa de haber viajado en camello tantos kilómetros. ¡No veas lo malito que estaba...!
- ¡Aaah! - dijo mientras ponía cara de asombro.
- ¿Y a Papa Noel? ¿Has visto a Papa Noel? -
- Pues sí - le contesté - tenía una tos y mocos horrorosas - ¿Sabes por qué?
Paula sacudió la cabeza hacia ambos lados, mientras su padre sonriendo escuchaba mi explicación.
- Porque tiene la costumbre de no abrigarse bien, y entre que en el Polo hace mucho frío y el viento al volar en trineo, con las prisas por ir a repartir regalos, muchas veces se olvida de coger un abrigo gordo y taparse bien...
- ¿Ves, Paula? ¡Mira que siempre te lo digo! Hay que abrigarse bien cuando se sale a la calle...! - añadió su padre.
- ¿Y has visto a más famosos? - seguía insistiendo la niña.
- Sí - le dije - A muchos, pero, ¿Sabes quién es la persona más importante que he visto?
Me miró fijamente y negó con la cabeza.
- Una persona que se llama Paula García que vino con mucha tos por no haberse abrigado bien.
- ¡Papa! ¡Si se llama como yo...!
- Sí, Paula, porque esa persona famosa eres tú - le interrumpí - Porque tú eres la persona más importante de todas las que he atendido....
Paula miró a su padre y sonrió.
Y tras entregarles su informe, se marchó muy contenta, con una radiante cara de felicidad, de mano de su padre.
- ¿Y has visto a más famosos? - seguía insistiendo la niña.
- Sí - le dije - A muchos, pero, ¿Sabes quién es la persona más importante que he visto?
Me miró fijamente y negó con la cabeza.
- Una persona que se llama Paula García que vino con mucha tos por no haberse abrigado bien.
- ¡Papa! ¡Si se llama como yo...!
- Sí, Paula, porque esa persona famosa eres tú - le interrumpí - Porque tú eres la persona más importante de todas las que he atendido....
Paula miró a su padre y sonrió.
Y tras entregarles su informe, se marchó muy contenta, con una radiante cara de felicidad, de mano de su padre.
17 comentarios:
¿Por qué no me atenderías tú de pequeña? También te habría preguntado por el ratoncito Pérez, por la Cenicienta...
Maravillosa infancia. Y afortunados los que la comprenden.
Y por los problemas de juanetes del Gato con botas o la miopía de Caperucita... Si es que una cosa es ser famoso y otra bien distinta es estar sano... Besos
Y a Vega, la triunfita... Confiesa... Jajaja
Es verdad, una fama tan efímera ha hecho que hasta su médico la olvidara...
Qué tierno Mel!!!
Qué bonito!! Seguro que le hicistes la niña más feliz del mundo ese día
Jo Melito!!!Si es que eres tan majo....Se te tiene que querer por " nassos"!
Jo Mel!! qué bonito!! me encanta!
Uala.....lagrimilla...
Pero que cachito pan eres!!!!!
No siempre y no tanto, Mar...
Me lo comoooooo!!!!
¡¡Me apunto!!
Maravillosa historia! Ya me gustaría a mi seguir creyendo en los Reyes Magos...
Mentiraaaaaaa. Conozco a Paula y nunca me contó tal historia!!!!!! Pero.... Como me ha gustado!!! Jajajaja
Ooooh qe chula la historieta!! me ha encantaaaooo
Clap clap clap...
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