No sé si alguien ya ha llegado a escribirte algo. Me supongo que no.
Por eso querría disculparme. Por si me he adelantado.
Nadie me ha dicho si sabes por qué te llamas así.
Déjame que te lo cuente. ¿No te importa?
Tu nombre es nombre de grandes emperadores de otros tiempos.
Un nombre casi solemne y aristocrático.
Tu nombre no es casualidad.
Ahora, después de estas semanas tan duras, tan difíciles, luchando con más fuerza que la que tenemos los mayores, intentando aferrarte a la vida, tienes por fin tu premio: ya estás de nuevo en casa.
Ya puedes respirar solo, sin esas máquinas, sin esos tubos. Disfrutar del placer de hinchar tus pulmones y exhalar lentamente el aire de tu pequeño pecho. Degusta ese placer gratuito. Disfruta de todo. Después de este tiempo, por fin puedes vivir.
Muchos lo piensan, aunque a nadie se lo he dicho, ni ninguno me lo ha contado, pero estas semanas de hospital, en ese triste lugar donde no debiera haber ningún niño, sé como los demás, que estabas acompañado. En la aparente soledad de tu pequeña cama, junto a ti, estaba tu abuelo. Ése que se llamaba como tú y que nunca te pudo ver.
Tienes mucha suerte, porque contigo hay alguien muy bueno. Tienes el mejor ángel de la guarda.
Tu nombre no es casualidad, porque tú, como él, eres Federico.
5 comentarios:
Muy grande, Mel, como siempre, emocionas. Un abrazo.
Hoy domingo 20 de Febrero no tenía en mi agenda sentimental el lagrimear de esta forma y sin embargo lo has logrado con tus hermosas letras. Ojala todo lo que esperamos para ese mañana tan cercano sea verdad, y Fisco ya este disfrutando de todos esos momentos gloriosos que aun a nosotros no nos esta permitido gozar.
Hola Mel, soy la mama de Federico, antes de nada gracias por el apoyo por el asesoramiento y la "tranquilidad" que como profesional has trasmitido a César y en consecuencia a mi.
Han sido días muy duros y nuestro bebe esta por fin en casa, él luchador, grande, descansa, y se va reponiendo, y nosotros despertamos, soñamos, admiramos su carita, sus bracitos, sus piernitas, como nunca antes, como un regalo bendito que nos ha devuelto el cielo, y claro que si, también su abuelo Fico.
Sin conocerte y por tus palabras me atrevo a decir que también eres grande, un abrazo desde Sevilla.
Hermosas palabras para un no menos hermoso canto a la vida. Maravilloso, Mel. Un fuerte abrazo para todos: para la familia de Federico, para su abuelo, para todos los niños que no deberían estar en los hospitales y para sus ángeles de la guarda.
Friedrich: De ti no me he olvidado el artículo. Como regente actual de la saga de los Federico, a ti te toca transmitir a tu sobrino, el por qué de su nombre y la maravillosa persona que era su abuelo. Un beso fuerte, primo.
Nane: Espero me perdones por haber entrado de esa forma tan impetuosa, un tranquilo domingo de febrero. Tus palabras son las mías y tus deseos también. ¿Quién ha dicho que los Carrillo son fríos y no se emocionan?
Un beso
Inma: No tienes por qué darme las gracias por nada. Me siento satisfecho por haberte dado a ti y a César toda la tranquilidad y la luz que desde tan lejos y con mis limitaciones he podido dar.
Creo que después de tantas tristezas estos últimos meses, tu familia, mi familia, se merece por fin una alegría y esa alegría la trae el nuevo Fede.
Un beso
José Amaro: La distancia no es distancia, cuando los sentimientos que nos unen son los mismos. Un abrazo, querido primo.
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